AHK Chile
Energía y Medio Ambiente

Rafaela Craizer, de BlackForest Solutions: “La meta de la ENRO es ambiciosa y difícil, pero está bien que lo sea”

03/05/2022

Conversamos con la especialista acerca del trabajo que se está realizando a nivel municipal en Chile en materia de gestión de residuos orgánicos.

 

Desarrollar planes de acción adecuados al contexto y la realidad chilena, entender la lógica y burocracia propia del país para levantar inversiones a gran escala, y la falta de datos específicos respecto de la recolección de residuos orgánicos por parte de los municipios, son los principales desafíos que ha debido enfrentar la consultora medioambiental BlackForest Solutions (BFS), especializada en estrategias, operaciones y servicios de gestión de residuos a nivel mundial, que está apoyando la ejecución del Programa de Cooperación en Materia de Residuos Orgánicos impulsado por la Cámara Alemana, AHK Chile, en las comunas de San Javier, Río Claro y Parral, en la Región del Maule.

El trabajo en conjunto con estos tres municipios y que se extenderá hasta fines de 2022, considera estudios sobre el status quo de la gestión de residuos orgánicos en las comunas y el asesoramiento técnico para apoyar la elaboración de los planes de acción en relación a la gestión y valorización de residuos orgánicos. Las conclusiones de este estudio fueron presentadas por Rafaela Craizer, directora de consultoría en BlackForest Solutions en la segunda de las seis reuniones de trabajo que considera el proyecto, además de tres Study Tours virtuales a diferentes comunas de Alemania, abiertos a representantes de todas las comunas de Chile con el objetivo de intercambiar experiencias.

Esto porque para el año 2040 Chile debería valorizar el 66% de los residuos orgánicos generados a nivel municipal, según la meta propuesta por la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos, presentada por el Ministerio de Medio Ambiente en 2020, con una meta intermedia de reciclar un 30% en 2030. Es una meta “ambiciosa y difícil”, opina Rafaela Craizer, especialmente si consideramos que la tasa de valorización de residuos orgánicos anuales llegaba a apenas al 1% del total según datos de 2017. Pero “está bien que sea así”, agrega Craizer, porque ello permitirá a las municipalidades dar pasos concretos para avanzar en la valorización del 58% de los residuos sólidos municipales, que son los que corresponden a residuos orgánicos.

¿Qué tan desafiante ha sido el proceso de levantamiento de datos para el programa de cooperación que se está llevando a cabo en la región del Maule?

Es bastante común en las municipalidades de Latinoamérica el hecho de no contar con datos suficientes. Cuando hablamos de desechos orgánicos, si queremos proponer una solución, es necesario comprender la calidad de los residuos urbanos, qué tipo de residuos realmente son recogidos desde las casas. En este caso no obtuvimos una información detallada, y este es un punto que, si bien es posible trabajar sin este dato, sería mejor si lo tuviéramos. Otro punto fueron los datos de las tasas de cobro de aseo. Chile, como todos los países, tienen sus propias reglas para el cobro de aseo, para los desechos. Pero tampoco tuvimos información específica respecto de las tasas cobradas por las municipalidades. Estos datos son cruciales para desarrollar un plan de acción, sin embargo, en general las informaciones que logramos obtener con el levantamiento de datos serán suficientes.

¿Cuál es la percepción general frente al desarrollo de planes de acción a nivel comunal para alcanzar los objetivos de la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos (ENRO)?

Es una meta ambiciosa y difícil, pero está bien que lo sea, porque así las municipalidades están desafiadas a dar un paso más en esta materia. Un punto es que ninguna de las municipalidades con las que estamos trabajando tiene a la fecha un plan de gestión de residuos a nivel municipal. Estamos buscando apoyarlas, pero para obtener los resultados propuestos hubiera sido necesario tener este plan de acción un poquito antes. El otro gran reto es poder entender las burocracias propias del país, porque comprendemos que, si por ejemplo sugerimos la implementación de una planta de compostaje a nivel regional, su inversión deberá ser aprobada por la administración central y por tanto dependerá de las prioridades que se tienen a nivel nacional, por tanto, puede ser que esto tarde en pasar. Y luego, si logramos esta inversión, aun así, será necesario el cobro de una tasa de aseo, lo que no se hace en todas las municipalidades, y siempre es un tema complicado e impopular poner o subir la tasa de aseo. Estos puntos son necesarios para que la planta -aparte de la inversión inicial- tenga los costos de operación cubiertos. Estos son los mayores desafíos, porque en términos de tecnología, esta es bastante conocida y probada desde hace muchos años.

¿Consideras importante que los municipios participen de los grupos de trabajo?

Creo que siempre es una oportunidad de intercambio. Tener un espacio para que puedan hablar entre ellos, compartir sobre las necesidades y las dificultades que enfrentan. Participar de estos grupos es importante también para motivarse al ver que los otros gestores también tienen problemas similares, y buscar soluciones que sean aplicables y que incluso, ya hayan funcionado para algunos, porque en muchos casos son soluciones que primero implementamos y después vemos cómo funcionan. No son soluciones que estén descritas en un libro. Este intercambio de experiencias entre gestores es importante justamente para discutir aspectos como una eventual inversión del gobierno nacional, o qué pueden hacer ellos con los recursos con que dispone el gobierno municipal. De hecho, una de las herramientas que nosotros queremos proponer es justamente el desarrollo de una red de gestores de las distintas municipalidades con un enfoque en el tema de desechos orgánicos, que les permita tener un espacio de intercambio y discusión para estas acciones.

¿Qué consejo le darías a los municipios que aún no tienen una idea para empezar a desarrollar sus planes de acción?

Les diría que aprovechen de participar en los grupos de trabajo porque ahí es donde hablamos, a veces no tan en detalle porque es complicado, pero sí que estén presentes. Es una buena instancia para compartir los planes de acción de otras municipalidades y extrapolar un poco las ideas, y desarrollar así sus propios planes de gestión de residuos a nivel municipal. Además, pueden buscar ampliar la información con los mismos actores que ya recibieron esta consultoría.

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